miércoles, octubre 04, 2006

¡No se olvida!



Opinión: El Porvenir
Rosario Ibarra

Anoche leí hasta muy tarde; leí los periódicos del día y otros atrasados, porque me había ausentado del Distrito Federal, y en donde andaba no pude encontrar temprano los que habitualmente leo... más tarde, ocupé todo mi tiempo.
En la víspera del 2 de octubre, me aterró la idea de un nuevo crimen en la misma fecha... Oaxaca y la digna marcha de los agraviados, ese su empeño erizado de dificultades me parecieron una tentación para los que han empequeñecido su alma por la vastedad de sus ambiciones y la soberbia que emana de sus palabras y de sus actitudes.
La amenaza de los poderosos, la cercana presencia de las fuerzas represivas, los vuelos que quieren intimidar a quienes han sufrido los más crueles rigores del poder, ese "fustazo" recibido por años, me llevaron a un sueño inquieto por un declive de ánimo que no es habitual en mí.
Dormí poco, pues se agitó el sedimento de dolor que guardo en el alma desde hace más de 30 años, desde 1975, cuando el mal gobierno me arrebató un hijo.
Desperté con el alma agostada, eran las 3:30 de la madrugada y pensaba sin cesar en las mentes maleficiadas y en cómo poner un escudo para atajar la saña de su demagogia, un dique contra su falacia, un muro inaccesible para tanto engaño, una barricada contra la represión... Pensé entonces en los jóvenes de 1968, recordé las marchas multitudinarias apretadas de pueblo junto a los estudiantes, recordé tiempos de años anteriores al 2 de octubre: los ferrocarrileros, los médicos y tantas y tantas luchas que no se nos van de la memoria.
Mi mente corría en los años pretéritos y sentí de pronto algo como un nuevo florecer en mi espíritu, deseché aquel sedimento de dolor alborotado y volvió a invadirme el perenne optimismo que es muy raro que me abandone.
Se tiñó de verde mi pensamiento, como si mi espíritu fuese una enorme esmeralda, y se agotó por completo la emanación de aquel sentimiento de lo imposible que se había aposentado en mi alma.
Seguí viajando por el pasado de nuestra historia y vi los triunfos del pueblo contra las tiranías, las ideas libertarias enhiestas, las convicciones como coraza contra el mal... y en ese recorrido maravilloso llegué al tiempo en que floreció el pensamiento más radical de la Revolución Mexicana, que nos legó en Regeneración, su periódico de combate, un torrente inagotable de ideas libertarias, que movieron a jóvenes de todos los tiempos a luchar por el bien de los oprimidos.
Cómo no imaginar que el 23 de septiembre de 1965 en Madera y hace apenas unos años, la Liga Comunista 23 de Septiembre, no tuvieron sus raíces en aquel manifiesto del 23 de septiembre de 1911, "dado en la ciudad de Los Ángeles, estado de California" y firmado por Ricardo Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa y Enrique Flores Magón... Y ¿no tendrá que ver con las luchas del pueblo en la miseria aquella frase de Práxedis G. Guerrero: "Más vale morir de pie que vivir de rodillas"? Y las palabras maravillosas del mismo talentoso y valiente revolucionario: "Para luchar por la libertad no hacen falta odios; sin odio se abren los túneles; sin odio se ponen diques a los ríos; sin odio se hiere la tierra para sembrar el grano; sin odio puede aniquilarse a los despotismos, puede llegarse a la acción más violenta, cuando sea necesaria para la emancipación humana".
Cuánta razón tenía! Sin odio luchamos los familiares de los desaparecidos, sin odio han sido todas las luchas en esta dolorida patria.
Juárez ante el cadáver del príncipe austriaco dijo: "Perdón Maximiliano, no se quería matar al hombre, sino a la idea"... Sin odio lucharon aquel 2 de octubre, sin odio, sí, pero ¡no se olvida!
Dirigente del Comité ¡Eureka