domingo, octubre 31, 2010

Juego y malicia en Rockdrigo

A 25 años de su muerte


Jaime Muñoz Vargas

No sé si exagero, pero creo que la composición de letras en la música popular mexicana cuenta con tres o cuatro santones ineludibles. Dos de ellos están allí porque omitirlos sería craso disparate: Agustín Lara y José Alfredo Jiménez. Un poco abajo, sólo un poco, colocaría a los destacados Álvaro Carrillo, Luis Alcaraz, Consuelo Velázquez, María Grever, Francisco Gabilondo Soler, Chava Flores, Rubén Fuentes, Manuel Esperón y Tomás Méndez. Alguien reclamaría aquí a los contemporáneos Juanga y Marco Antonio Solís, pero no los creo suficientemente hábiles con la literatura, sino con el estribillismo pegajoso. Quizá, pese a lo cursi, tiene más malicia Joan Sebastian, pero hay mucho de lugar común en lo que escribe. El top de los mejores tiene, pese a la polémica que esto pueda suscitar, a dos o tres compositores amorosos del ámbito urbano, a dos o tres letristas del mundo rural también amoroso, a un compositor de canciones para niños y a un cronista del DF. Hasta 1980 no había entre ellos uno plenamente identificable con el rock y la juventud. No digo un compositor así nomás, sino uno que irradiara genio en sus letras, uno con talento para captar la personalidad del mexicano y revelar en sus piezas algo de lo que somos. Fue allí cuando apareció Rodrigo Eduardo González Guzmán, Rockdrigo, el imborrable Profeta del Nopal.

Nacido en Tampico, Tamaulipas, el 25 de diciembre de 1950, Rockdrigo pasó de ser un borroso cantautor de bares y cafés a símbolo de una generación y de un entorno, la capital del México. Murió el 19 de septiembre de 1985, en el terremoto que echó abajo decenas de edificios en el DF. No le alcanzó el tiempo para grabar sus canciones con mejores herramientas, ni para hacer un video con buena producción, ni para conceder entrevistas, ni para ver su fama de idolazo entre la muchedumbre, sobre todo, de chilangos. Pasados los años, sin embargo, ni sus colegas se oponen a etiquetarlo como notable en lo suyo, es decir, en la hechura letrística y musical de canciones que delatan habilidades propias de un creador excepcional.

A mi juicio, dos virtudes centrales tienen las letras del tamaulipeco: versos pensados con frescota malicia y arreglos tan originales que hacen imposible confundir una canción con otra. No olvido señalar, de paso, el talante bobdylanesco de Rockdrigo, pero es justo decir que el mexicano supo adaptar, sin calca, al norteamericano, sobre todo por el aditivo de la picardía. Asombrosamente, Rockdrigo es igual y al mismo tiempo diferente en todos sus temas, como si en cada pieza se renovara sin perder los atributos que lo hacen identificable desde la primera nota. En el mito, no me engaño, pesó también la voz rasposa y mezcalera, la magistral armónica, el dominio de la lira y del “túnel de la cantada”, es decir, de esa trompetilla bucal que habilitó en varias canciones de corte satírico.

No me detengo en más detalles biográficos y paso ahora a comentar lo que propongo en el título de este apunte: el valor de las letras en sí, de las letras despojadas del mito y de la música, que es como mejor se nota quién es quién cuando compone. Dividiré, pues, este apunte en cuatro apartados, cada uno iluminado por la alusión a un tema que juzgo relevante como línea temática representativa en el conjunto de las composiciones. Tales líneas son la social, la pícara, la especulativa y la cronística. Debo advertir que el afán por clasificar es artificioso, pues en más de una ocasión las líneas se trenzan, como lo podríamos comprobar si escuchamos las canciones con detenimiento (por largas, no cito las letras, pero remito a las direcciones de YouTube donde podemos escucharlas).

1) Línea social

En la primera, que a falta de mejor etiqueta denomino “social”, Rockdrigo se acerca al malestar de la gente, a las penurias cotidianas vinculadas sobre todo con lo laboral y lo económico. Resalto que a esos temas se aproxima sin lloriqueos, más bien con la sonrisa escéptica de quien reclama y al mismo tiempo está seguro de que no será escuchado. Su queja no es panfleto, sino lamentación impregnada de socarronería:


2) Línea satírica

Una de líneas temáticas más identificadas con Rockdrigo es la del humor. Lejos de la actitud grave y cejijunta de tiempo completo que adoptan muchos compositores de rock y de lo que sea, el tamaulipeco le abrió amplia cancha a la broma. Compuso así varias piezas en las que vibra el sarcasmo, la insolencia, el gusto por la ocurrencia picaresca, el doble filo del albur:


3) Línea especulativa

No me atreví a llamarla “filosófica”. Me refiero a las canciones en las que Rockdrigo reflexiona sobre la vida desde una perspectiva más abstracta. No incurro en la irresponsabilidad de llamarlo “pensador” o algo parecido, pero el letrista tampiqueño tenía vena exaltada para crear imágenes cercanas a las de cualquier poeta vanguardista como Huidobro o Girondo. En otras palabras, se le daba bien el alucine poético-existencialista.


4) Línea cronística

Por último, una de las facetas más celebradas de Rockdrigo: la de cronista a lo Chava Flores. He aquí un maestro de la observación, un compositor que desde sus Ray-Ban (similares a los de su paisano Rigo) pudo mirar y definir mejor que muchos lo que se ofrecía como espectáculo del caos. Asombra cómo logra, mejor que los mismísimos chilangos, articular un himno al metro o a la confusa mixtura de la megaurbe en dos de sus más célebres temas:


Más líneas

Esto de las líneas temáticas puede ser ampliado al gusto de quien escucha. Como las letras comparten elementos ora satírico-sociales, ora especulativo-cronísticos, ora de esto y de aquello, las combinaciones pueden ser otras y las líneas más numerosas. Por ejemplo, en la presentación de esta charla me preguntaron por “Distante instante”. No la tenía fresca, pero sin duda es, acaso, la más oscura y triste de Rockdrigo, la más sentida, una de las pocas en la que sí se rebanó las venas. ¿En qué línea meterla? No hallo en cuál, por lo que se me ocurre proponer una vertiente más: la lírica, donde estaría quizá ese solo tema doloroso y cercano al patetismo del briago urbano hundido en el amorío descorazonador por la que se fue.
No me asomo a los arreglos ni a la instrumentación, que es asunto de expertos, pero sé que en ellos se basa la estética de lo rupestre. El planteamiento de este extraño “ismo” musical es explícito en el sentido de abreviar lujos, de usar sólo las uñas para comunicar. En algún momento, Rockdrigo lo planteó de esta jocosa forma en un minimanifiesto que no desentona con las grandes declaraciones de las vanguardias estéticas que sacudieron el arte a principios del siglo XX:

No es que los rupestres se hayan escapado del antiguo Museo de Ciencias Naturales ni, mucho menos, del de Antropología; o que hayan llegado de los cerros escondidos en un camión lleno de gallinas y frijoles.

Se trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos, ni tienen voz de tenor, ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética o (lo peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de sinters y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que se les ponga enfrente.

Han tenido que encuevarse en sus propias alcantarillas de concreto y, en muchas ocasiones, quedarse como el chinito ante la cultura: nomás milando.

Los rupestres por lo general son sencillos, no la hacen mucho de tos con tanto chango y faramalla como acostumbran los no rupestres pero tienen tanto que proponer con sus guitarras de palo y sus voces acabadas de salir del ron; son poetas y locochones; rocanroleros y trovadores. Simples y elaborados; gustan de la fantasía, le mientan la madre a lo cotidiano; tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio.

A diferencia de las estridencias nacionalistas de Botellita de Jerez y de otros grupos coetáneos, Rockdrigo hizo una mezcla más sutil, una especie de eclecticismo bien disfrazado. En el artículo “Onirismos rockanroleros” expone su noción de la mixtura que intentó cuajar: “Algo bastante característico del blues, es que no solamente su ritmo le da el carácter melancólico que tiene, sino también las llamadas ‘notas blues’ que definen más su intención (terceras y séptimas disminuidas) que en un momento dado se pueden trasladar al huapango; aparte del paralelo armónico, el blues y el huapango, coinciden extraoficialmente en su improvisación, en los dos, ésta ocupa un lugar privilegiado, si no es que el principal; los violines y los requintos no son por lo general melodías prefabricadas, sino formas libres y de carácter constante: en los versos, tanto bluseros como huapangueros, hay una igualdad o superioridad con flexibilidad musical; partiendo de alguna frase conocida, o de un hecho en general (o particular) se le van inventando otras frases que rimen entre sí, para así poder redondear una serie de imágenes que crean espacios similares, para hacerlos aún más afines”.

Improvisación, mezcla, hibridismo, sobreimposición, bricolage, llámese como se llame, la obra de Rockdrigo refleja una personalidad que toma prestado de otras partes, es verdad, pero con el inconfundible componente de palabras y emociones mexicanas. Sus letras, con los defectos añadidos por la espontaneidad y la modestia de un equipo técnico que sólo permitió grabaciones rupestres, enriquecieron y seguirán enriqueciendo a la música mexicana. No digo al rock, al blues, sino a la música mexicana en general, esa música que en definitiva debe incluir a Rockdrigo entre los comensales de su última cena.

La sociedad civil frente al escalamiento de la violencia.

José Antonio Trujeque

En su monumental biografía sobre Adolf Hitler, el profesor británico Ian Kershaw trata de comprender el proceso de horror que condujo desde un antisemitismo difuso en la Alemania del siglo XIX, hasta los hornos de cremación y las cámaras de gases.

Hablando del escalamiento imparable de esas atrocidades, Kershaw menciona dos condiciones concurrentes: primero, el uso cada vez más indiscriminado, por parte de los grupos dirigentes, de una gramática belicista, en donde se incluían términos como “liquidación”, “exterminio”, “guerra a muerte”, “combate sin piedad”, debidamente conjugados en un registro “salvífico”, pues el belicismo y guerrerismo a ultranza tenía que ser el medio para la “salvación de la Patria” alemana.

La segunda condición fue que el gran público alemán fuera incorporando a su cotidianidad toda aquella gramática de guerra, exterminio, muerte, liquidación, aniquilamiento final. Hablamos de gramática, porque a través de la combinación de los significados explícitos y tácitos de esas palabras de muerte, se establece en las mentalidades cierta manera de percibir el mundo, y cierta forma de actuar consigo mismo, y de interactuar con otras personas. De manera que en la mentalidad de las personas, el “exterminio” y sus imágenes asociadas, poco a poco, pero inexorablemente, pasa a ser considerado un fin en sí mismo. Un fin que no necesita de otra justificación más que el aniquilamiento por sí y de por sí.

Las situaciones del horror escalaron desde la jornada de los “vidrios rotos”, en la que miles de negocios pertenecientes a judíos fueron objeto de vándalos coludidos con la policía alemana, mientras la mayor parte de la gente atestiguaba los hechos con un dejo de indiferencia, sino es que de abierta aprobación, pues de acuerdo a la propaganda oficial, había que “declarar la guerra a muerte” a los enemigos de la Patria. Sólo unos seis o siete años bastaron para que de los vidrios rotos se pasara al genocidio infame y atroz de los hornos crematorios.

El historiador Kershaw tiene el tino de llamar a esta horrenda dinámica de muerte con el nombre de “proceso de radicalización acumulativa”. Se trata de la metáfora de una espiral ascendente, cuya punta de lanza se afila cada vez más; pero no sólo es una espada cuyo alcance y cuyo filo son capaces de segar de tajo de la vida de personas, sino también de los métodos caracterizados por una brutalidad creciente.

La “radicalización acumulativa” significa que cada acción inscrita en el registro del exterminio es cada vez más radical, y que se asciende en una escala sin retorno, donde el aniquilamiento del “enemigo” no es lo importante, sino el grado de atrocidad empleado para terminar con su vida.

El estado que guarda la “guerra” de la administración calderonista, y de los ajustes internos de cuentas entre las bandas criminales, es, evidentemente, el de un proceso de radicalización acumulativa. Desde las esferas oficiales se ha empleado una gramática belicosa, guerrera, de exterminio violento, a tal grado que ha pasado a formar parte de los repertorios mentales, de las maneras de concebir la realidad: esta gramática conlleva el resultado de radicalizarse y radicalizar las acciones en las que se concreta. Por lo mismo, atestiguamos que el hecho de matar, en sí mismo, es un hecho subordinado al grado de brutalidad con el que se acompaña.

Estamos en una situación en donde la pregunta quizá más incisiva sea no tanto respecto a cuántos muertos habrá el día de mañana, sino la cuestión de hasta dónde va a seguir escalando la radicalización de las atrocidades: civiles ultimados cuando militares los confunden con criminales; decapitaciones; ahorcados; 72 inmigrantes asesinados a sangre fría; grupos de jóvenes y niños caídos en matanzas horrendas.

A pesar de que crece la aritmética de los muertos (para estas fechas, principios de noviembre de 2010, cercana a 33 mil personas) y de que la brutalidad se torna en más descarnada, por la parte oficial no se ve la menor intención en por lo menos atenuar su funesto discurso belicista. Por el contrario, ese discurso guerrero y de aniquilamiento se ha trasvasado al intento cada vez más claro de introducir “estados de excepción”, es decir, otorgarle mayores márgenes de acción al poder militar y policiaco en el ámbito del poder civil. La cuestión es que está meridianamente demostrado que la militarización de la vida civil ha corrido en paralelo al proceso de radicalización acumulativa de la brutalidad.

Desgraciadamente parece que el país se encuentra envuelto en un círculo vicioso: la militarización empuja a las bandas criminales a “perfeccionar” sus tácticas de muerte y de sojuzgamiento social. Es como la historia de las carreras armamentistas: si un soldado es sustituido por un cabo dotado ya no de un simple fusil, sino de un arma de asalto, la organización criminal dejará colgadas las resorteras y verá la manera de adquirir kalashnikofs, y así sucesivamente, en una espiral sin freno. Y todo este caldo mortal de cultivo, convenientemente aderezado por las gramáticas del aniquilamiento: entre el lenguaje belicista oficial, y el lenguaje amenazador de, pongamos por caso, las “narcomantas”, media únicamente una delgadísima línea roja, pues al fin y al cabo pertenecen al mismo registro del exterminio total, que se radicaliza, que acumula y “supera” sus métodos brutales.

El escenario más probable es que, como la administración calderonista no tiene los medios, ni la imaginación política suficiente para detener el baño de sangre en el plazo de los dos años que le restan, le dejará al gobierno siguiente la compleja tarea de juntar alguno que otro trozo de este país estallado en pedazos: no hablamos solamente de los cerca de 400 municipios bajo control del narco, como tampoco nos referimos nada más a las colonias, barrios, zonas urbanas que han sido “tomadas” como nidos del crimen organizado.

Se trata de un país estallado en varios de sus tejidos sociales: miles de jóvenes y adultos renuncian a socializar en los “mundos del trabajo”, “mundos escolares”, “mundos del ocio”, para optar por la brutalidad de los “mundos de la calle”, los mundos del dinero rápido, y de la sensación de sentirse amos y señores de vidas ajenas, sensaciones propias de ese mortal mundo de los sicarios.

Ha sido, al parecer, tan honda la cesura en ciertos tejidos sociales debida a la radicalización acumulativa de la violencia (a una resortera se le contesta con un arco y flecha, y a éstos con un revólver, y a éste con un rifle, y así, al infinito), que por desgracia llevará años enteros restañar la actual herida nacional, aún más profunda por las cuotas de impunidad tan escandalosas.

Visto que el Estado es incapaz de cumplir su parte en el pacto social básico (garantizar la vida de los ciudadanos), nos queda a la sociedad civil una parte importante para, por lo menos, ponerle cotos a este escalamiento de la violencia y de las atrocidades.

En primer lugar, cuestionar el lenguaje de la barbarie, el discurso belicista y de aniquilamiento en el que se empeña la actual administración; en segundo lugar, no dejarse vencer por el desánimo ni por el miedo: cierto que hay que redoblar los cuidados personales, el saber tomar precauciones por el hecho de que uno no sabe ni cuándo ni a qué horas sucederá una balacera, pero sin que esas precauciones conduzcan a un miedo paralizante, pues el miedo es precisamente uno de los canales que favorecen y multiplican la impunidad y la violencia; en tercer lugar, no renunciar al ejercicio de la civilidad, es decir, al derecho de manifestar nuestra indignación, ni de, llegado el momento, hacerse presentes en el espacio público para pedir la rendición de cuentas. Y en cuarto lugar, contribuir a la imaginería social para pensar en soluciones desde el nivel de la familia, hasta de colectivos más amplios.

Ahora sí que como dice el dicho, que por uno, que por nosotros, la sociedad civil, no quede.

Un profundo, sincero y sentido pésame a quienes han perdido seres queridos en estos últimos tres años y diez meses en que ha campeado en el país el discurso del exterminio, la barbarie y el aniquilamiento.

jueves, octubre 28, 2010

Compañero Néstor

Coral Aguirre

La muerte no nos vencerá nunca

Con el dolor en medio del corazón traspasándonos, llevamos y llevaremos siempre el orgullo de haberte tenido como el hacedor de esta nueva historia que vivimos. La muerte nunca nos ganó y ahora mucho menos. Ahora es cuando más unidos que siempre con nuestro pueblo, vamos a ir por TODO y guay de los que se crucen o intenten aprovecharse de la situación de dolor porque estamos tan atentos como siempre o más. Compañera Presidente Cristina, acá está nuestro brazo y nuestro abrazo para apoyarla y acompañarla en lo que vendrá, sin claudicaciones ni contemplaciones con los enemigos de nuestro pueblo que ahora como aves de rapiña vendrán con palabras falsas a condolerse pensando y especulando como siempre.
¡COMPAÑERO NESTOR KIRCHNER PRESENTE HOY Y SIEMPRE, HASTA LA VICTORIA!

Eduardo A. Hidalgo

Ex Detenido Desaparecido

Actual Secretario General Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca

Programa Fortalecimiento Institucional Secretaria DDHH Pcia. Bs.As.

Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas

Haciéndome eco de las palabras de Eduardo Hidalgo, para nosotros los argentinos, la muerte de Néstor Kirchner se inscribe en nuestra propia historia, colectiva y personal. Sin embargo Kirchner no se merece panegíricos, sino la reflexión honda de su andar por el mundo.

Alcanzó la presidencia de Argentina con un margen del 22% de los votos, luego que el pueblo clamara QUE SE VAYAN TODOS, harto de tanta mentira e injusticia. Cuando terminó su gestión había alcanzado casi el 90% de la adhesión popular. Y desde el principio, sin pausa y sin prisa, puso el dedo sobre la llaga, esa llaga abierta e inoportuna que todos llevábamos como estigma. Un país dividido quería por una parte el olvido y por la otra, la memoria. Néstor abrogó por la segunda y ahí sí que no dejó títere con cabeza.

Hizo primero de Buenos Aires y luego del país con la contribución de víctimas, intelectuales, familiares, amigos, compañeros, una exposición viva de la historia del terrorismo de estado. Nadie que haya caminado Buenos Aires olvida los mosaicos de la Plaza de Mayo, los carteles inmensos Aquí hubo un centro clandestino de tortura y crimen, las instituciones como MEMORIA ABIERTA en plena calle Corrientes, salvaguardando y exhibiendo los archivos del Terror, la legitimación de Madres, Abuelas, Hijos, de Plaza de Mayo que tuvieron en él su apoyo y su contribución. Y por fin el Museo de la Memoria inaugurado este año bicentenario también para Argentina, pero que comenzó a crearse bajo su gestión. Museo que se yergue sobre los restos del campo de concentración más ignominioso de nuestra historia, las instalaciones de Mecánica de la Armada.

He visto los restos de hierros, mamparas, cables, tubos, antes de su apertura. He visto la larga hilera de afiches sobre las rejas que cubren más de cien metros con la elaboración de imágenes y textos que dicen NO al olvido. He visto a los asesinos en los juicios de Córdoba, Tucumán Corrientes, Santa Fe con sus rostros semejantes a los de aquellos otros asesinos en el Juicio de Nüremberg, llenos de asco y soberbia.

Asco dan ellos. Asco dan cuando intrigan alrededor de la Rural Argentina para hacer pasar a los terratenientes por pobres campesinos cargando con impuestos injustos. Asco dan cuando se agrupan alrededor del monopolio de Clarín para proclamar la persecución de sus “ideales”. Asco dan cuando reniegan de un fútbol que ahora puede ver todo el pueblo, que ha dejado de estar en manos de los monopolios. Asco dan ahora mismo con la lucha por el papel que quieren únicamente para sus empresas (léase Clarín y La Nación).

¿Errores de los Kirchner? Seguramente los hay, y los habrá. El poder siempre quema una parte de nuestros ideales, siempre contamina. No los creo perfectos para nada.

Lo que sí sé como argentina y ciudadana del mundo es que un nuevo país se instauró a partir de ellos.

Y con eso tengo bastante.

Acerca de Néstor Kirchner



Inevitablemente se atraviesa el tema político en conversaciones con argentinos. En mi viaje de mayo pasado me interesaba pescar la percepción sobre el actual gobierno de Argentina y coNéstor Kirchnern pocas variaciones lo que escuché fue esto: “Frente a la mierda de la oposición, no queda más opción que el kirchnerismo”. Por supuesto que lo mío no era una encuesta, algo sistematizado, sino la inquietud de un viajero en busca de pareceres sueltos que de todas maneras sirvieran (me sirvieran) para armar una opinión general sobre el desempeño de un par de gobiernos: el de y el de Cristina Fernández.

La opinión de mis interlocutores se daba siempre con un meneo de cabeza, con el escepticismo propio de quienes ya han visto de todo en política. Ninguno me reveló amor por el, llamémosle así, kirchnerato, pero todos o la mayoría coincidieron en afirmar que luego de las experiencias traumáticas del menemismo, del delarruismo y del duhaldismo, cuando la Argentina estaba sumida en el caos y la incertidumbre, Néstor Kirchner abrió en 2003 una brecha que reinstaló la política donde prácticamente había desaparecido. Ayer, en entrevista de radio con el extraordinario periodista Mario Wainfeld, el diputado Martín Sabbatella señaló que el vacío que queda tras la muerte de Kirchner es proporcional a la huella que marcó en la realidad argentina; “Instaló la política con fuerza y logró vencer en la gente la cultura de la resignación”, dijo Sabbatella.

Por otra parte, Ricardo Forster, a mi parecer uno de los intelectuales más brillantes de aquel país, declaró a La Nación que “Si Néstor Kirchner transmitió algo es una convicción radical respecto de su profundo deseo de vivir un país más justo y equitativo. (…) Fue un hombre que estaba apasionado con la posibilidad de devolverle al país una dignidad que había perdido y, sobre todo, distribuir mejor para el conjunto de los argentinos”. Añadió que “Néstor Kirchner era un hombre común y corriente con el cual se podía tomar un café en una esquina. Era el amigo del barrio. Un hombre absolutamente festivo y amigo de sus amigos. Un hombre apasionado y que tenía esa fibra para poder tomar decisiones cuando hay que tomarlas (…) mucha gente vio eso de Néstor Kirchner hasta que comenzaron a construir una imagen de un personaje casi monstruoso. El violento, el crispado y yo que sé cuántas cosas más, cuando en realidad era un hombre fiel a sus ideales políticos y con una gran capacidad de escucha. (…) A aquellos que veníamos del mundo de las ideas, de la universidad, de los debates culturales que muchas veces están cerrados sobre sí mismos, nos abrió la puerta a la participación en la vida democrática (…) Creo que a Kirchner, sacando a aquellos que lo han odiado hasta el extremo de desearle la muerte y que son una minoría, el resto lo va a extrañar infinitamente y van a recordar su presidencia entre las más importantes de la historia del país, no me cabe la menor duda de que Kirchner entró por la puerta grande a la historia argentina”.

Entre los temas reinstalados en el debate público por el kirchnerismo está, sin duda, el de los juicios a los militares que cometieron todo tipo de atrocidades durante la dictadura del 76 al 83, y la relación del Estado Argentino con los medios, sobre todo con el poderoso Grupo Clarín. En ambos casos, tanto Néstor como Cristina han dado un ejemplo histórico no nada más a su país, sino a todo el mundo. No sólo es posible, sino imperativo que los crímenes de lesa humanidad cometidos por cualquier gobierno sean juzgados de acuerdo a la más rigurosa ley y castigados según los grados de culpabilidad que revelen los instrumentos probatorios. En este sentido, una imagen vale más que estas palabras: la de Néstor Kirchener presenciando cómo era quitada la foto del recuerdo presidencial del genocida Videla. La otra gran batalla ha sido librada en esencia contra el monopolio mediático de Clarín. Esa lucha está fresca y viva todavía, y ha tenido como eje la construcción de una nueva Ley de Medios que reconfigure las reglas del juego en un país que (como algunos otros bien conocidos) es o era casi gobernado a su antojo por uno o dos grupos mediáticos todopoderosos y bien nucleados con el dócil poder político de turno. Por eso y por bastante más, la figura de Néstor Kirchner será en efecto extrañada por miles, acaso por millones de argentinos.

sábado, octubre 23, 2010

La muerte de Teresa



David Cilia Olmos

En 20 días más Teresa cumpliría 32 años, en marzo próximo estaría dando a luz, por esas fechas también su hijo Efraín estará cumpliendo dos años. Ya no lo celebrará. Ahora está rodeada de hermosas flores, ayer la despedimos, se fue con su vestido tradicional, con la nueva hamaca que nunca alcanzó a estrenar, con sus trastos de plástico y un gallo para que la acompañe en su camino.

Se fue con un mensaje escrito en la mano, antes de irse sus ancianos padres le orientaron sobre su camino y le dijeron en Triqui: recuerda allá, donde te escuchen, los nombres de los que te quitaron la vida, y los repitieron uno por uno. No hay coraje, hay dolor y más que nada, la preocupación para que no se olvide el mensaje.

Antes de irse Orlando, el hijo la madre de Teresa, y su abuela, lavaron con alcohol sus manos y la planta de los pies para que llegue limpia a donde va. Orlando no llora, a sus 9 años entiende perfectamente que de nada le sirve llorar, las demás mujeres tampoco lloran, han estado presentes durante horas de pie, aquí no hay ni una silla donde sentarse, ni un banco y ni un tabique.

Teresa no fue velada en su casa, ¿qué casa iba a tener si era desplazada?, me contesta un indígena Triqui. En la casa más cercana a la escuela, sobre unos cuantos blocks de concreto se colocó su ataúd, entre las sábanas solo se alcanza a observar su cabello negro ensortijado.

Teresa había resistido los más de 300 días que duró el cerco militar en contra de la localidad de San Juan Copala, los últimos días del asedio ya no había comida y solo bebía agua de lluvia, cuando llovía, pues ya era imposible salir de las casas.

Pero finalmente el sitio en contra de Copala terminó con la toma militar del poblado. Primero la policía estatal tomo el Palacio Municipal Autónomo con el pretexto de la muerte del jefe paramilitar de UBISORT en la Sabana. La comunidad sitiada había sido tocada en su corazón. La policía estatal dejó el Palacio Municipal Autónomo, pero nuevamente las mujeres volvieron a salir a las calles de su comunidad y lo retomaron. No fue fácil, ahí murió una persona y hubo muchos heridos de bala.

Entre el 11 y el 19 de septiembre se dio la batalla por Copala, seis días le tomó a 400 paramilitares tomar el poblado casa por casa. La gente pasó los últimos días en sus casas con un estoicismo que se guardará en las páginas de la historia de este país, durante 3 ó 4 días no tuvieron nada que comer y nada que beber. Teresa salió de su casa, con sus hijos el 14 de septiembre, durante la madrugada, en la oscuridad y dado lo abrupto del terreno calló en una barranca profunda y rodó arrastrando a algunos de sus hijos. Como pudo siguió su camino y finalmente logró pasar entre lo más difícil de la selva y barrancas el cerco de los paramilitares. Su esposo Jordán se quedó a intentar proteger el poblado y ayudar al escape de los demás habitantes, la mayoría de ellos de la tercera edad.

Cuando finalmente Jordán logró romper el cerco militar y escapar se reunió con ella en Yosuyuxi y enfrentaron su nueva situación, durante más de 10 meses ni Jordán ni Teresa habían tenido alguna fuente de ingresos económicos, pues primero no podían salir del poblado y luego ni de sus casas, ahora el joven matrimonio tenía que ver cómo alimentar a sus 6 hijos, que en 5 meses serían 7.

Teresa vivía escondida en la casa de su mamá. Ni ella ni sus hijos podían salir y ni siquiera asomarse a la puerta o a las ventanas, la casa de su madre estaba visible y peligrosamente a la orilla de la carretera. Ahí sólo podía tejer diadema indígena, artesanías, para tener algún ingreso, pero ella no podía salir a venderlas, pues su vida corría peligro.

Una semana antes de su muerte, Teresa y Jordán recibieron en esa casa a Matilde Pérez, de La Jornada, a Zósimo Camacho y David Cilia García, reporteros de la revista Contralínea, al corresponsal de Proceso en Oaxaca, a la reportera Frida Guerrera y a Reyna Martínez vocera del Municipio Autónomo en el estado de Oaxaca.

Reyna tomó las manos de Teresa en sus propias manos y le dijo mirándola a los ojos:
--Vámonos para Oaxaca, al plantón.
--No puedo Reyna , contestó Teresa, tengo muchos hijos y pueden dar mucha lata.
Reyna insistió, pero Teresa mantuvo su negativa, quería estar con su esposo y sus hijos juntos y eso sólo lo podía lograr estando en Yosuyuxi.

Ahora Teresa está muerta. Hasta esta localidad de la región Triqui Baja que reúne la mayor cantidad de desplazados de San Juan Copala llegaron los sicarios para ejecutarla.

Ahora mismo nos muestran la ropa que tenía puesta Teresa durante la emboscada. El largo cinturón indígena tejido a mano muestra las perforaciones de los tiros que la abatieron por la espalda, nos muestran el sostén tinto de sangre, el fondo, y el huipil de pos rojo, con el orificio de la bala calibre 7.62. Pero no es la única sangre, en la camioneta en la que viajaba se nota la saña, el uso de diversos calibres, el miedo de los que con impunidad disparan que una vez apretado el gatillo no dejaron de disparar hasta que sobre la carretera dieron el tiro de gracia a Jordán, el esposo de Teresa.

Rodeada de flores, en manojos que nunca abandona una anciana Triqui, la madre de Teresa reflexiona o pregunta en un español bastante claro para quien lo quiera entender: “no sé porque le hacen así, ella no es hombre, nomás mujer, ella nomás estaba aquí, en su casa”.

Su pregunta me da claridad acerca de que los paramilitares que se están apoderando de México están mandando un mensaje de “equidad” en la muerte que distribuyen, los mínimos códigos de comportamiento en la guerra, para ellos son basura, lo que el jefe ordene, eso se hace. Los paramilitares que siguen masacrando al pueblo Triqui de Copala tienen los mismos códigos éticos que sus jefes Toño Pájaro, Heriberto Pazos, Ulises Ruiz, o sea, no tienen madre.

Pero yo me pregunto: ¿dónde están las y los activistas que defienden los derechos de la mujer en México? ¿Andan en algún congreso internacional? ¿Teresa no era mujer? ¿Acompañaba demasiado a su marido como para que merezca ser defendida?

¿Dónde están los que defienden a los niños de la violencia? ¿Los hijos de Teresa no son víctimas de la violencia? ¿Necesitaban ser lastimados verbalmente y no con balas para que alguien les haga caso?

¿Dónde están los que defienden los derechos de los pueblos indios? ¿Teresa no era Triqui? ¿Los Triquis no son un pueblo indígena?

¿Dónde están los que defienden el derecho a la salud? Alexandra, la hija de 3 años de Teresa tiene una esquirla o cristal en la cabeza que no pudimos retirar, Frida Guerrera y yo, con agua hervida y sal y unas tijeras de kínder que es lo único que había al alcance para atenderla donde está. ¿Que el doctor? ¿Que el Centro de Salud? ¿De qué me están hablando?

Frida Guerrera, la primera y única reportera que ha entrado a Yosoyuxi luego de la masacre -- hasta la fecha--, se queda con una profunda sensación de impotencia. Nosotros no pudimos ¿Entonces quién la va a curar? El Estado mexicano gasta exactamente pinchemil millones de pesos en salud. Ni un centavo se invertirá en curar a Alexandra, se los puedo asegurar. Pero repito, ¿dónde están los activistas que se rifan el pellejo en este país para atender el derecho a la salud que el Estado y el sistema se niega a atender? ¿Es demasiada chica su herida? ¿De cualquier forma de algo va a morir o la van a matar a balazos?

¿Dónde están los que defienden a los desplazados, a los perseguidos, a los refugiados, a los damnificados en otras partes del mundo? ¿Acaso sólo lo son si lo dice Televisa? ¿Sólo al lado de un artista famoso los Triquis pueden tener el estatus de desplazados, de refugiados, de damnificados?

¿Dónde están esos hombres y mujeres viriles, güevudos --como dicen los misteriosos desaparecedores--, que pueblan la política nacional, la “izquierda” y los movimientos sociales con discursos encendidos sobre la justicia y los derechos? ¿Matar mujeres, disparar contra niños de uno a 3 años, rematar a los heridos no es una injusticia?

¿Dónde están los que defienden la autonomía, la libertad, la democracia? ¿El pueblo Triqui no tiene el derecho a organizarse, expresarse como le dé su gana?

Podría seguir preguntando pero no sé si como desde hace 10 meses, 10 años, o 5 siglos estás preguntas en realidad no tengan respuestas o no merezca yo conocerlas.

Lo que sí sé es donde está el asesino de Teresa, Antonio Cruz, alias el Pájaro. Está estacionado en su carro focus rojo, con las luces ostensibemente encendidas, sobre una terracería que entronca con la carretera por la que vamos pasando rumbo a Tlaxiaco para mandar esta información.

Zona Triqui baja, lunes 18 de octubre de 2010.

miércoles, octubre 13, 2010

Todos Somos Radio Proletaria

A Los Medios Libres

A Los Medios Nacionales e Internacionales

A Las Organizaciones Sociales

Al Pueblo de México

A la Comunidad Internacional

A la Otra Campaña

A Los Centros de Derechos Humanos



Una vez más el mal gobierno del estado de Chiapas , encabezado por Juan Sabines Guerrero emprende una acción represora contra la libertad de expresión mandando a la policía estatal a desmantelar Radio Proletaria ubicada en la colonia 12 de noviembre en el municipio de Tuxtla ,Gutiérrez , entre las 19 horas un comando de aproximadamente de 40 policías entraron a las instalaciones , llevándose a el compañero Carlos Martínez de 14 años de edad y de sobrenombre “Hendrix” y 4 ingenieros más que estaban en las instalaciones realizando sus labores cotidianas de su organización, hasta el momento tememos por la integridad física de los compañeros y en especial del compañero Hendrix por ser menor de edad y ya que no se sabe en donde lo tienen “detenido” . Pedimos a todos los compañeros estén al pendiente de lo que pueda suceder.



Atentamente

Colectivo Radio Proletaria

Firman:

Colectivo Todos Hacemos Conciencia

Colectivo Pozol


PRESOS POLÍTICOS LIBERTAD!


EL DIA DE AYER 12 DE OCTUBRE LA PROCURADURIA DEL ESTADO DE CHIAPAS DEL MAL GOBIERNO DE JUEN SABINES GUERRERO DESMANTELÒ LA RADIO COMUNITARIA DE TUXTLA GUTIÉRREZ LA RADIO PROLETARIA QUE TRASMITE POR EL 107.5 DE FM.

LA ÚLTIMA TRASMISIÓN QUE REALIZÓ LA RADIO PROLETARIA FUE UN ENLACE CON LOS COMPAÑEROS DE LA UNISUR EN GUERRERO Y LOS MEDIOS LIBRES DE MÉXICO POR LA APERTURA DE LA RADIO DE LOS COMPAÑEROS DE UNISUR

CON TODO ELLO Y CON LA DETENCIÒN DEL COMPAÑERO CARLO MARTINEZ SE PUEDE VER QUE EN CHIAPAS TENIENDO 14 AÑOS SE PUEDE SER PRESO POLÍTICO Y RECIBIR EL MISMO TRATO QUE LOS CRIMINALES PELIGROSOS

UNA VEZ MÁS EL ESTADO FALTO DE ARGUMENTOS LEGALES HACE USO DE LA CRIMINALIZACIÒN Y REPRESIÓN DE LAS DIFERENTES FORMAS DE EXPRESIÓN E INCONFORMIDAD SOCIAL Y SE ENSAÑA CON UN NIÑO

HACEMOS UN LLAMADO A LA COMUNIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL A QUE SE DENUNCIE EL CASO DEL COMPAÑERO PRESO DE 14 AÑOS

RADIO PROLETARIA CHIAPAS

FRECUENCIA LIBERADA!


MÀS INFORMACIÒN:

http://frecuencialibre991.blogspot.com/

http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/84337

http://escrutiniopublico.blogspot.com/

http://chiapas.indymedia.org/

http://www.regeneracionradio.org/

http://www.kehuelga.org/diario/

http://fridaguerrera.blogspot.com/2010/10/comunicado-ataque-radio-comunitaria-en.html

http://thce.wordpress.com/2010/10/13/%C2%BFy-donde-esta-hendri-x/

http://cmldf.lunasexta.org/node/17604

http://oaxaca-libertaria.blogspot.com/

http://notilibertas.blogspot.com/2010/10/ofensiva-contra-las-radios-comunitarias.html

http://laotrachilanga.blogspot.com/2010/10/el-mal-gobierno-de-juan-sabines-y-de.html

http://sabotaje.blogsome.com/

viernes, octubre 08, 2010

Ella es Lucía....



El día de ayer fue asesinada en un enfrentamiento, de esos que se suceden diariamente en mi ciudad, Monterrey...Tambien era novia de uno de mis sobrinos.

YA BASTA!!!

HASTA CUANDO ???

Une crimen de Lucy a decenas y claman: Ni un civil más

Al grito de: ‘’Ni un civil más’’, decenas de personas se congregaron desde las primeras horas de éste día en Juárez y Morelos, en el centro de Monterrey, donde fue victimada la estudiante Lucila Quintanilla Ocañas, asesinada el miércoles por la noche.

Colocando una veladora por la Paz en el sitio donde la joven nicolaíta recibió un balazo mortal, disparado por un desconocido por el cual las autoridades ofrecen una recompensa superior a los 200 mil pesos por informes que ayuden a dar con su captura.

Lo anterior tiene lugar en momentos en que los restos mortales de ‘’Lucy’’ son velados en las capillas Protecto Deco ubicadas en el municipio de San Nicolás, donde se rindió una misa en su honor y más tarde será sepultada.

miércoles, octubre 06, 2010

GRANADAZO EN GUADALUPE

Guillermo Berrones

Sr. Gobernador, Rodrigo Medina, hoy (noche del sábado 2 de octubre) me acordé de ti, mientras cenaba con mi familia en un restaurante de antojitos frente a la plaza de Guadalupe. Había ambiente festivo de fin de semana y antes de entrar al lugar, le acababa de comentar a mi hija que me gustaba el centro de Guadalupe para vivir. Eran las diez veinticinco cuando escuchamos un estruendo terrible en la plaza. Tú no tienes ni idea de lo que es el horror reflejado en el rostro de los ciudadanos que esperan vivir bajo la protección de las autoridades que eligieron como gobernantes.

Hubieras visto el terror en el rostro de mi hija adolescente que sueña con ser una profesionista de utilidad al país que la vio nacer. La angustia de no saber exactamente qué sucedía afuera donde se veía correr a todo mundo asustado . El dueño del restaurante intentaba tranquilizar a sus clientes con el rostro pálido y desencajado, pues se asomó a la puerta y regresó caminando como autómata. ¿Qué sucedía? ¿qué vio en la plaza aquel hombre? Escudriñábamos en su mirada, en el color desvanecido de su piel, en su andar. Todos nos pusimos de pie sin movernos, nadie se tiró al suelo como dicen que se debe hacer en estos casos, como tampoco nadie esperamos vivir una experiencia así. Una bomba, dijo mi mujer, y a mi hija se le enrojecieron los ojos mirándome con más angustia y pidiéndome que nos refugiáramos en el fondo del restaurante. Temblaba de pánico. Traté de tranquilizarla diciéndole que allí estábamos seguros (en realidad lo dudaba). Tomé el celular y llamé a mi hija mayor que vive por el centro de Guadalupe para cerciorarme que estuviese en casa con su esposo y no en la plaza a donde acostumbran pasear a su hijo de cinco años. Me asomé a la puerta esperando, deseando, que hubiese sido un neumático o un accidente por otros motivos. Pero el estruendo había sido mayor que un moflazo. Entre la iglesia de Guadalupe y el palacio municipal una bocanada de humo se disipaba pesadamente. Un gordo policía huía hacia el centro de la plaza, alejándose del lugar o buscando refugio. Gritaban hombres y mujeres pidiendo auxilio. Curiosamente no escuché el llanto de los niños que unos minutos más tarde vi heridos. Una niña sangraba de la cabeza; una mujer embarazada renqueaba y un hombre joven, calvo, pedía que atendieran a los niños. Cerca de la iglesia se veían otras personas heridas. Dos autopatrullas llegaron y también una granadera, ahí subieron a tres de los niños lesionados. Nadie sabía qué hacer. Después vinieron las ambulancias, más patrullas y acordonaron el área, como siempre sucede; bomberos y el ejército aparecieron después de veinte minutos. La cena terminó amargamente.
Me acordé de ti, señor Gobernador, porque deseé que no fueran tus hijos los aterrorizados ni los heridos; porque no fuera tu esposa la que estuviera impresionada por aquel estruendo. Me acordé de tu broma de campaña: “Daré mi vida por Nuevo León”. Me acordé de tu pasión por mantener una imagen pública impecable. Me acordé de tus caras fotografías, de tus desafortunadas declaraciones; de la inseguridad que impera desde el inicio de tu gobierno. Me acordé tanto de ti, créeme, pero con la impresión del granadazo, se me borró el casete. Sinceramente, señor Gobernador, esta noche tuve miedo. Por mí, por mi familia, por la tuya, por la de todos los ciudadanos. Sólo espero no ser Yo quién dé la vida por Nuevo León.