jueves, junio 26, 2008

Enrique Ballesté, un juglar del Siglo XXI



René Zúñiga/ Somosuno Radio


Programa de lujo el de Haciendo Camino, quién lo conduce y produce, Alma Ramírez, tuvo el acierto y la posibilidad de que sus amigos: Pepe Charango del conocido Grupo Tayer y Enrique Ballesté: juglar, cancionero, rolador, director de teatro; escenógrafo y ondero entusiasta,acudieran en calidad de invitados, ambos llegaron a la cita. Como profesionales que son llegaron una hora y media antes, mientras el humo de los cigarros se escapan lentamente por ventanales al sur del local, sugiero que alguien baje a recibirlos. Con una sencillez propia de la gente grande, se aposentaron, mientras Alma revisaba los materiales con Pepe, rolas a incluir, todas de Enrique. Ballesté y yo comentábamos experiencias tenidas en Oaxaca o Chiapas, de lo contrastante de la patria…pero también de las cosas de todos los días, de la época de Fantoche y después de CLETA, donde se tuvo un foro para la libre expresión allá en el defectuoso en el Foro Isabelino y después, en la Casa del Lago, ubicado en el milenario Bosque de Chapultepec, donde muchos participaron en alguna puesta en escena o como simples activistas entregando volantes o programas. De cosas como del ave que termina su vuelo o de la canasta de 150 productos que propuso la presidencia y que ninguno, o pocos de ellos tienen consumo.
Cuarenta años de trabajo, componiendo canciones, viajando, conociendo ciudades y gente. Miradas directas o furtivas. Llevando la palabra y las artes escénicas a la montaña y al valle, al desierto, quedándose en las comunidades para incorporar las experiencias de esa gente que hacen patria todos los días. Así el cuerpo reclama las andadas y los gritos, las voces que se multiplican o las que se van perdiendo con el tiempo. Las ausencias que duelen y que generan sonrisas de tristeza. Formas para describir la condición humana y el disfrute entre el recuerdo y la nostalgia.




Mientras se arma el programa canta estribillos, se ríe francamente, hace bromas, sugiere el orden de aparición de las canciones. Retoma la charla, me informa que está trabajando con Pepe Charango sobre la producción de un disco de su música –será doble- afirma y escuchamos al fondo, desde la cabina las noticias que ya son historia efímera. La voz entusiasta y vigorosa que comenta exaltado alguna nota que, al estar en los altavoces, nos recuerdan aquellos vuelos rasantes escuchándose las walquirias de Wagner sobre poblaciones indefensas en los últimos días de Vietnam y una vez más se construyen imágenes que colorean el mundo o que los ánimos simplemente las construyen en blanco y negro o sepia.

Se comparte la música

Cuenta que escribió desde muy joven, parte de una familia que llegó refugiada de España., catalanes, dice con orgullo, mi padre nunca se nacionalizó y fundó una nueva familia con una mexicana. Dice que sus primeras canciones se las enseñaba a todos, las cantaba, las bailaba; las actuaba. Menos a sus padres… por qué se adormilaban en su sillón y eso a Enrique no le gustaba.
Nunca tuvo un tema particular para hacer sus canciones, fluían ellas de la nada, estaba hablando y de súbito era una canción y, como Prometeo, venía a todas partes y les dejaba sus canciones; dejaba que el fuego fluyera. Vine a este mundo a cantar, dice con vehemencia y nadie puede dudarlo, pues su trabajo lo confirma. Y sin concluir la idea sobre Prometeo, concluyo que el hacer canciones y rolarlas a la gente, es como si el fuego que fue robado por Prometeo y entregado al hombre, perennemente encadenado le arrancan las entrañas, así esas canciones a lo largo de los años lo consumen de placer y amor por la gente que habita este país.
Una de sus canciones engalanó una edición mundial de la revista Playboy –comenta divertido-, se llama La cama blanca y gustoso hace que los estribillos se confundan con las noticias del día que taladran desde la cabina de Somosuno Radio.
Una mirada despistada y alguien comenta que faltan cinco minutos, cuando Betsy Salas, con amabilidad y sonriente, avisa que hay que prepararse para ingresar a cabina, pues el programa Haciendo Camino inicia justo cuando termina el informativo, en punto de las nueve treinta de la noche y nos levantamos con laptops en mano, para transmitir el programa de la trova, canto y poesía de Somosuno Radio.
Ya en cabina, Enrique Ballesté cuenta anécdotas, le dan la bienvenida. Martha Fabela, se integra al programa y con auténtica veneración se conduce a Ballesté y le pregunta: Maestro, cuéntenos Usted ¿ como se inspira ? y Enrique nuevamente retoma una historia que tiene forma y fondo, canciones que son consideradas por Francisco Barrios “ El Mastuerzo “” o por León Chávez Texeiro, como testimonios de un México poco conocido por quienes dictan la política de las reformas estructurales, para que ahora si, podamos administrar la abundancia.




De los temas incluidos, todas fueron parte de la obra Fantoche, antecedente directo del Centro de Libre Experimentación Teatral y Artística CLETA. Entre las canciones que fueron incluidas en el programa, puedo mencionar a “ las casas del petróleo ”, “ un hombre corriendo ”, “ canción de cuna ”; “ la otra América ”. Destacó que en una visita a Monterrey escribió “ en el tiempo de la lluvia ” allá por 1977, concluyendo con el tema “ Serafín González ”.
Una experiencia poderosa y reveladora, Enrique Ballesté, un juglar del siglo veintiuno, un hombre sencillo y festivo que estuvo en un programa de radio virtual, con canciones y proyectos en un morral asido a su alma. Gracias Enrique.

jueves, junio 19, 2008

El Che en sus 80 años - parte 2



Ángel Guerra Cabrera/II y última

Los cobardes disparos que en la humilde escuelita boliviana de La Higuera segaron la vida del protagonista de una de las más grandes gestas épicas americanas hicieron nacer un símbolo, un paradigma moral y un icono que ha dado la vuelta al mundo y crecido, indetenible, en el imaginario de millones. No pasaron más que unos meses y ya eran enarbolados en la rebelión estudiantil y juvenil de honda impronta que surcó el planeta en 1968. En el propio corazón del imperio fueron banderas de memorables luchas por los derechos de los negros, contra la guerra de Vietnam y en solidaridad con los pueblos del tercer mundo. Motivaron a los combatientes vietnamitas, sandinistas, salvadoreños, palestinos, de las colonias portuguesas y a cuantos desde entonces han bregado por la libertad. Se alzan hoy en frontal desafío a la enajenación impuesta por la cultura dominante, sustentados como están en la congruencia en Che entre pensamiento y acción, que contrasta con la indigencia ética e intelectual de las clases poseedoras y quienes les sirven en los cargos públicos o con la pluma. Refuerza su expansión y certeza el acelerado y multifacético resquebrajamiento del sistema capitalista, que deja como única opción el socialismo, no sólo para la supervivencia de la humanidad, sino para que alcance la realización plena inherente a sus más nobles aspiraciones.

Un ilustre latinoamericano proclamó que en estas tierras el socialismo sería “creación heroica, ni calco ni copia”, inspirado en el comunalismo de nuestros habitantes originarios y, como enseña Cuba –cabría añadir–, arraigado también en la posterior hermandad de lucha y la cultura mestiza de sus pueblos.

Che, que como Mariátegui era creativo y original por antonomasia, vive hoy en las múltiples rebeldías de la Tierra y muy especialmente en las que sobre sus huellas brotan palmo a palmo en nuestra América. Con todo y que ésta ha sido una región pródiga en luchas populares, nunca se le vio levantarse como hoy contra la nuevas y viejas formas de dominación imperialista. Allí vibra Che, quien conceptuaba indispensable la ruptura de ese yugo en concierto continental para avanzar hacia la liberación nacional y el socialismo.

Si como imponían las circunstancias cuando marchó a Bolivia la forma principal de lucha en América Latina era la armada, mientras hoy es la política, ello no altera sus objetivos estratégicos, que, por cierto, siguen siendo en esencia los mismos. Che recomendó “utilizar hasta el último minuto la posibilidad de la lucha legal” y, aunque conservaría sus armas engrasadas ante la perenne amenaza del norte, en las nuevas condiciones de nuestra región sería decidido impulsor de la batalla que por aquella vía libran contra el neoliberalismo indígenas, trabajadores, desempleados, campesinos, mujeres, estudiantes y del ascenso de sus líderes al gobierno mediante el sufragio. Apoyaría con todas sus fuerzas la revolución bolivariana y a Hugo Chávez, haría suya la revolución democrática y cultural de Evo Morales, la ciudadana de Rafael Correa, simpatizaría con el cura Lugo y sería solidario con las actitudes de los gobernantes latinoamericanos que con diversa intensidad y compromiso se alejan de los dictados de Washington y procuran la unidad e integración de América Latina. Continuaría abogando por la unidad de los revolucionarios y las fuerzas populares –que consideraba clave para la victoria– por sobre las naturales diferencias secundarias.


Hijo de la revolución cubana, fue en su seno, en fraterna relación con el pueblo y Fidel, donde despuntó como gran jefe revolucionario y culminó la escultura en sí mismo “con delectación de artista” de las cualidades excepcionales de ser humano que lo acompañaron hasta el último suspiro de sus “pulmones cansados”. ¡Qué hombre tan grande y tan completo! Desde su sitial en la historia siempre nos recordará que “al imperialismo no se le puede conceder ni un tantito así”.

sábado, junio 14, 2008

El Che en sus 80 años Parte 1

Ángel Guerra Cabrera/I

Al cumplirse el 14 de junio el 80 aniversario de Che Guevara asombra la actualidad que cobran su pensamiento y práctica revolucionarios ante la ola creciente de estampidos que truenan los ejes de la civilización capitalista.

Quien devendría uno de los grandes símbolos universales de la rebeldía y la revolución vio la luz por primera vez en vísperas de la Gran Depresión de 1929, que daría el tiro de gracia al capitalismo en su versión liberal. Entonces pareció a sus ideólogos y estadistas que aquel sistema anárquico y derrochador por naturaleza no tenía salvación posible, y, de hecho, cuando pudo atisbar una salida a la crisis, en Alemania, fue gracias a una fusión sin precedente del Estado, el capital financiero internacional, las grandes corporaciones y el aparato ideológico y cultural; alimentado como nunca por la industria bélica y el afán de conquista, la represión de los trabajadores y la conculcación de sus derechos, la inflamación sin límite del racismo y la xenofobia, que empujaron a la humanidad a la mayor matanza conocida en su historia. El nazismo resultó lo opuesto a las ideas de progreso ininterrumpido y libre empresa proclamadas por la burguesía dieciochesca y la prefiguración de los rasgos esenciales del capitalismo realmente existente en nuestros días.


El curso de la historia pudo ser otro si en lugar de ese desenlace hubiera triunfado la revolución socialista en Europa occidental, pero graves errores del movimiento revolucionario lo impidieron al advenir el estalinismo. Ergo, la parálisis del pensamiento crítico en el país de los soviets –que había ahogado el debate y congelado la teoría, elevándola a dogma de fe–, la alternancia del sectarismo y el oportunismo en la conducta de la Internacional Comunista, la cancelación en aras de lo coyuntural del carácter internacional de la revolución y su correlato en la solidaridad entre los explotados del mundo, la asunción de la irracionalidad productivista, las contemplaciones con el fascismo, la sobrestimación supersticiosa de las reales o supuestas leyes objetivas y la subestimación de la subjetividad humana como palanca decisiva de las trasformaciones sociales.


Che, que definió a la revolución cubana como rebelión contra las oligarquías y los dogmas revolucionarios, concedió singular trascendencia al estudio de la teoría revolucionaria en sus fuentes originales y su enriquecimiento permanente contrastándola con el análisis crítico de la propia experiencia y de la realidad objeto de transformación, la generación de una nueva conciencia socialista y comunista a partir de la práctica revolucionaria, la voluntad indomable de lucha con el mayor apego a los principios y el ejercicio sin cortapisa del internacionalismo como requisitos indispensables tanto del derrocamiento del capitalismo y el ascenso del pueblo al poder político cuanto de la construcción de la nueva sociedad.



Junto a Fidel pavimentó en su práctica como uno de los líderes de la revolución cubana y en el estudio de las experiencias previas el camino hacia la elaboración de una verdadera teoría de la construcción socialista, casi inexistente cuando Cuba abrazó esa aspiración. La autotrasformación del ser humano en “hombre nuevo” como objetivo central del socialismo es probablemente la más valiosa de las contribuciones de estos dos gigantes. Ajeno al eurocentrismo y dedicado estudioso de la realidad, la historia y el pensamiento latinoamericano y tercermundista, comprendió la enorme responsabilidad que recaía en los revolucionarios de nuestra América en la lucha antimperialista, pues como ninguna otra parte del mundo era lacerada por la hegemonía de Estados Unidos –cabecilla y gendarme del sistema mundial de explotación y saqueo– y, no obstante su diversidad, contaba con elementos únicos de historia y cultura común que facilitaban su unidad.


Che es savia nutricia de los cambios actuales en América Latina y los que se gestan en otras latitudes.

viernes, junio 13, 2008

Fidel Herrera: Fidelidad por la Represion

Carlos Beas Torres

En Veracruz, día a día la violencia se recrudece, y cuando nos referimos a la espiral violenta que sacude a ese estado no sólo hablamos ya de las frecuentes ejecuciones, secuestros y enfrentamientos a tiros en centros comerciales y zonas densamente pobladas. De manera cada vez más abierta y preocupante, el gobierno de ese estado utiliza de forma ruin y extrema la violencia para frenar los crecientes reclamos principalmente de campesinos, ambientalistas e indígenas.
Fidel Herrera, cuya administración se ha caracterizado por la frivolidad y un desmedido culto a la personalidad, ha dispuesto de sumas millonarias para crear y difundir en los medios una imagen propia y de su gobierno. Pintando de rojo el estado y bautizando con su nombre desde carnavales locales hasta fracasados equipos de futbol, ha propalado un mensaje en el cual es el diálogo la base de la gobernabilidad democrática que presuntamente sostiene su gobierno. Con ello ha querido construir un perfil de político abierto y respetuoso de la ley y el diálogo. Sin embargo, graves hechos de violencia gubernamental y de criminalización de las luchas ciudadanas lo contradicen y nos hacen pensar que algo muy grave ocurre en ese estado.
Apenas el pasado 19 de mayo, una pacífica protesta de cientos de indígenas nahuas y totonacas, así como campesinos provenientes de municipios del norte del estado, fue violentamente dispersada en medio de gases, ataques de perros y de golpe de macanas, siendo robados de sus escasas pertenencias y alimentos y retenidos en un auditorio cercano a Rinconada más de mil manifestantes, quienes durante horas fueron ultrajados e insultados por cientos de policías estatales y federales.
El saldo de este ilegal y brutal operativo fue el de varias decenas de personas, hombres y mujeres golpeados o intoxicados y la muerte de una campesina, cuando de madrugada y al retirarse del lugar donde había sido recluida fue embestida junto con otras cinco personas que resultaron gravemente lesionadas. Pero este hecho no es aislado.
Hace ya casi un año, el 14 de junio pasado, indígenas nahuas integrantes de la organización Dorados de Villa fueron desalojados violentamente por la policía estatal de un predio ubicado en Ixhuatlán de Madero, tierras que históricamente les pertenecen y que habían recuperado.
Medio centenar de ellos fueron detenidos y tratados con extrema crueldad, ya que estuvieron ilegalmente incomunicados; uno de ellos, herido de bala, no recibió atención médica en varios días.
Preocupante también es el trato que han recibido los vecinos del Valle de Perote, quienes se han atrevido a denunciar los terribles impactos que provocan en su vida las granjas Carroll, empresa canadiense dedicada a la engorda de cerdos. Verónica Hernández, maestra muy respetada de esos rumbos, inició la lucha de los vecinos de la región y fue perseguida y encarcelada, como ahora lo son varios vecinos más cuyo único delito es protestar por los evidentes daños que causa esta empresa a su entorno. En este caso es claro cómo jueces y Ministerio Público se han prestado a criminalizar actos que son definidos con claridad como garantías constitucionales de la ciudadanía.
El mismo trato represivo lo han sufrido los campesinos de la región centro de Veracruz que han protestado por los graves daños ambientales que viene provocando la empresa Alcoholera Zapopan; a mediados de 2007 cientos de pobladores de Yanga, Carrillo Puerto y Cotaxtla fueron brutalmente agredidos por la policía estatal cuando reclamaban al gobierno estatal que cumpliera con los compromisos hechos para frenar la contaminación que afecta sus cultivos, ríos y potreros.
En Veracruz, el gobierno del estado, maneja un doble discurso, ya que por un lado se dice dispuesto a construir pactos sociales y por otro utiliza toda la fuerza de su aparato represivo para aplastar la movilización de amplios sectores de la población, que no se conforman con discursos demagógicos o promesas incumplidas.
En Veracruz, la violencia gubernamental late con fuerza mientras el espíritu de doña Ernestina nos observa en silencio esperando justicia