martes, abril 03, 2007

Garantía de Impunidad

Rosario Ibarra

El Universal

3 de abril de 2007

"...Se me quitó la certeza de lo que dijo". Tal fue la opinión de quien preside nada menos que el Instituto Nacional de las Mujeres , en relación a lo expresado -antes de morir- por la anciana Ernestina Ascencio Rosario.

No le queda a los millones de mujeres maltratadas que hay en México una migaja de esperanza en que sus quejas sean atendidas por tal "instituto". Y es que, como se divulgó por muchos medios, la mujer de 73 años, originaria de Zongolica, murió a consecuencia de la violación tumultuaria que sufrió y que antes de expirar señaló a un grupo de soldados como sus agresores.

Leí por allí en un diario que la señora directora antes mencionada dijo: "Primero me indignó; hice una declaración de que se vaya hasta las últimas consecuencias, sean militares o civiles". pero. pero. ¡caray! Lo que agregó es terrible y lo transcribo: "pero después de ver el boletín de la CNDH, donde ya es determinante lo que pasó, se me quita la certeza sobre lo que ocurrió". Bueno, es dificilísimo, por no decir imposible, el que la certeza pueda quitarse, "diluirse" y, además, a partir de ese "boletín" (si quedaba duda de otros), ya no se podrá creer en cosa alguna que exprese la aludida Comisión Nacional de Derechos Humanos. Destaqué la palabra certeza, porque su significado (según Larousse) es certidumbre, certitud; es el conocimiento seguro, claro y evidente de las cosas.

La experiencia de muchos miles de mexicanos da la razón a la familia de Ernestina Ascencio. Miles de mexicanos hemos sufrido represión de parte de fuerzas del gobierno mexicano, y la respuesta a nuestras quejas y denuncias ha sido la burla, que no es otra cosa que la impunidad de que han disfrutado los agresores, y lo hecho por la CNDH, confirma lo que siempre opinamos de ella: que es un escenario, y la tramoya completa para esconder los desmanes de los distintos gobiernos (intriga, trama, engaño).

Los familiares de los desaparecidos políticos nunca tuvimos confianza en la multicitada CNDH, porque fue hechura de Salinas de Gortari, de quien nada tenemos que decir que no lo sepa el pueblo mexicano que tanto sufrió durante su mandato. La CNDH quedó en el sexenio zedillista poco menos que difunta, hasta que llegó el señor de la transición y del cambio imposible y la levantó de su letargo con el señor Soberanes a la cabeza.

Repito, no acudimos a sus oficinas ni llamamos a nadie, pero congruentes que solemos ser, en el momento en que se nos dijo que el ombusdman estaba amenazado por la PGR de que iba a ser "detenido por difamación", nos ofrecimos a ser parte de su defensa y continuamos una relación respetuosa con él y con todo su equipo, pero. pero. (otra vez los peros) a partir del "informe" sobre Oaxaca, volvió a inquietarnos su manera de actuar, y con este asentimiento del titular de la comisión, con esa su adhesión incondicional a las opiniones del señor Calderón, "nunca más" (como dijo el hermoso cuervo inmortalizado por Edgar Allan Poe.)

Desde el inicio de estos dolorosos asuntos -Oaxaca y Zongolica- nosotros, familiares de los desaparecidos del Comité ¡Eureka!, hemos sido solidarios con sus reclamos. Hoy unimos nuestras voces a las de los hijos de la anciana ultrajada y asesinada: Julio, Francisco, Martha, Juana y Carmen Inés. Junto a ellos gritamos al mal gobierno que respete la memoria de su madre y que no les llame mentirosos, que afirman que su madre era una mujer sana.

Por nuestra parte añadimos que jamás la mentira oficial podrá dar a los represores del pueblo, porque no lo permitiremos, la infamia que pretenden: garantía de impunidad

Dirigente del Comité ¡Eureka!