martes, julio 20, 2010

Planeación con visión global


Adolfo Orive

Con el paso del tiempo, cada vez más personas se concentrarán en las metrópolis. Se estima que para 2050, el 70 por ciento de la población mundial será urbana y sólo el 14 por ciento vivirá en el campo.


Hace 30 años un pueblecito de pescadores en China llamado Shenzhen, trazó y se apegó a un plan. Hoy es una megalópolis de 15 millones de habitantes.


Muy pocas cosas son obra de la casualidad, por ello, y apelando a la prospectiva inexistente en la clase gobernante desde que nos impusieron el neoliberalismo hace 27 años, mi propuesta se basa en tres ejes estratégicos para colocar a la Ciudad de México entre las 20 grandes capitales del mundo en 2030 en términos de desarrollo económico, urbano y social.


El primero es comenzar a cambiar la realidad dando paso a la economía basada en el conocimiento, generadora de empleo de alta calidad, que produzca bienes y servicios para los sectores estratégicos. La intención es elevar en un 100 por ciento el PIB del Distrito Federal en 20 años; lo que tampoco es mucho. China lo duplica cada 10 años.


A fin de terminar con la práctica del "bomberazo" en materia urbana, nuestra prospectiva incluirá un plan de desarrollo urbano que permita alcanzar un equipamiento similar al que se encuentra en la Unión Europea en dos décadas.


Se buscará terminar con las lacerantes desigualdades entre las actuales delegaciones, creando demarcaciones territoriales con desarrollo equitativo, transporte eficiente y servicios de alta calidad. No puede ser, por ejemplo, que Iztapalapa, con una población de casi dos millones de habitantes, no tenga un gran polo desarrollo económico.

Relativo al eje social, pretendemos instaurar un sistema de seguridad social universal además de incrementar significativamente la calidad en la educación que reciben las nuevas generaciones y abrir un segundo eje de lo político para involucrar a los ciudadanos y a las organizaciones sociales en la gestión de sus demandas; sólo así podremos alcanzar ciudadanía plena a fin de elevar la cohesión social.


Por ello, resulta indispensable atraer al centro de lo político a la ciudadanía, único camino para obtener niveles de vida de ciudades globales como Nueva York, Londres o Berlín.


El autor es coordinador Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo en la ALDF

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