miércoles, junio 23, 2010

La mitad culpables, la mitad inocentes



Alfredo Astort

Hitler no surgió por arte de magia, no salió de la chistera ni debajo de la manga, había un buen caldo de cultivo en la sociedad, en el “consciente” colectivo, de diez, quince millones de personas, que fue arrastrando a otros y creciendo; además de esa gran mayoría que les da igual lo que venga. El hombre superior, la gran raza, fue obviamente un sentir en la mente mayoritaria de entonces. No fue más que un pensamiento de muchos convertido en realidad y es que así pasa, porque el más mínimo pensamiento es una vibración (para ser más exacto: ondulada) que llega a todas partes y tiene un área de influencia. Ese sentir estaba en la conciencia de las personas. Por la misma regla de tres existió un Gandhi, un Vicente Ferrer, una madre Teresa de Calcuta.... Construimos la realidad desde nuestros pensamientos; son como las sombras que van cogiendo forma.

Desde que volví a España, donde nací, soy cartero, un oficio digno que me ha ayudado a conocer mi país desde abajo. Días pasados mientras clasificaba la correspondencia estaba atento a una persona que recogía firmas para entrar en las filas de un partido minoritario local, estaba claro pues era su prédica (es un personaje lineal y transparente, sin esa astucia tan política) que solo quería un buen cargo y picar de lo que le pasase por delante (como un aperitivo). También he escuchado de muchos, tal cual, que de estar arriba, de haber sido ellos los elegidos harían exactamente lo mismo. Lo que está arriba: está abajo; lo que está arriba necesita una base que lo sustente porque sino no existiría.

Y todo esto no comienza hoy, los tiempos que corren son ya tiempos de desenlaces, son años de reversión porque todo lo que se expande llega a un punto máximo y termina por contraerse; definitivamente todo tiene un límite (hasta la tontería), al caos le sigue el orden como a la primavera el verano: así son los ciclos (y aunque sea a través de mucho sufrimiento). No es una historia de hoy, es muy vieja, empezó hace muchos siglos, porque es la historia de la humanidad: la nuestra.

Se podría decir que una vez estamos aquí y otra vez allá, una vez somos pobres y otra opulentos, una, alemán y la otra romano (o cucaracha), mendigo y luego rey, una vez mujer y la otra un tío (o gay); somos los mismos personajes que aparecen y desaparecen. Negados a aprender la lección de la Unidad; por siempre divididos hasta el fin de nuestros días, una y otra vez. Seguimos haciendo lo mismo; intentándolo de nuevo. Saqueando países (el primer mundo arrasó con África, Latinoamérica: depilación de continentes), robando (los políticos son un buen ejemplo de constancia en esta práctica). Creando conflictos que existen sólo porque alguien se beneficia de ellos. Traficando esclavos, hombres, mujeres y niños, en galeras o explotándolos en fábricas como mano de obra barata: carne de cañón. Abusando una y otra vez; y los que es peor autorizando de sólo contemplarlo que los demás abusen impunemente. Permitiendo la legalización de alimentos tóxicos. Viendo impasibles como destrozan el planeta, arrasando con todas las especies que vienen de la misma fuente de vida (tenemos el mismo origen) o contaminando impunemente: B.P. (no hay indemnización que puede devolvernos lo que han contaminado). Creando un arsenal militar que de encenderse la mecha provocaría una gran catástrofe (sólo con el dinero de la industria militar se terminaría la pobreza en el mundo, un motivo más que suficiente como para pararlo antes de que explote). Y desde el consciente colectivo seguimos atontados como si no estuviese pasando nada, como si no pudiésemos hacer nada más que mantenernos divididos; que es en definitiva como nos quieren ver.

Será que para distraerse no hace falta mucho, basta con sentarse un rato delante de la televisión, ver el programa favorito, escuchar música, cambiar de canal, divertirse (algo bien aburrido), consumir, meterse un porro (una práctica habitual), hacerle un run run a la señora hasta que haga un miau, hojear el periódico, hacer click en lo que me gusta, una lavadora, bajar al bar de abajo a ver a quien sea, una cervecita o el café, o desplazar la atención hacia otra parte; es tan fácil distraerse que, de uno llevarlo practicando durante mucho tiempo, se hace como si nada. Es casi una costumbre estar distraído. En definitiva tenemos conocimiento de todo lo que está pasando a nuestro alrededor y nos hacemos los tontos como si no nos enterásemos, no movemos un dedo siquiera para cambiar nosotros por una parte, y por otra: para poner los límites adecuados a los demás. Vivimos en un conformismo que realmente ¡Da asco!; simplemente por no exigir lo que nos corresponde. Hoy en día hay un culto mundano, al abusador, al ladrón, que lo sientan en la cabecera de la mesa, lo adulan y le dan palmadas en la espalda, es el héroe porque tiene el dinero que ha robado; los demás nos quedamos viendo para otro lado, para no aplaudir.

¿Acaso no es lo mismo que pasó en la época de Hitler?; con ligeros retoques. El ideal de entonces era el hombre superior salido del consciente colectivo y el de los días que corren parece ser que es el del Ladrón Superior, el todopoderoso; el que más roba y más tiene en estos tiempos es Dios: y el ejemplo a seguir para algunos. En el consciente colectivo siempre tendrá quien lo apoye en su práctica, esos son los que votan a los mismos ladrones porque quieren ser como ellos algún día, esa es la base: el fundamento. Y luego está el resto, una base todavía más amplia que, enterándose de todo, se gira a mirar hacia el otro lado para hacer ver que no se entera; eso de la ignorancia siempre es un buen caldo de cultivo.

Y hoy donde más se roba y más fácilmente, no digo nada nuevo, es arriba porque es donde hay, desde el poder; hoy los grandes cacos son quienes nos gobiernan y los que se acercan a ellos: banqueros, corporaciones... Bien sea directamente; los hay que van a saco, sin piedad, son los que salen en los periódicos en la sección de la picaresca política. Hay miles de métodos en práctica; sofisticados, y también descarados. En la concesión de permisos (se dan el vuelto). Por desviaciones de fondos. A través de testaferros. Para financiamiento del partido. Trasferencias a paraísos fiscales. Si el sistema financiero mundial fuese transparente, algo que no interesa, todo esto no ocurriría. También con obras gigantescas, inservibles e innecesarias. Contratos “especiales” de diferente cuantía. Y la mayoría de estos saqueos con la complicidad del propio partido. Y digo esto porque no estoy descubriendo nada nuevo; es lo que hay, es tan claro como el agua porque está a la vista de todos.

Se me ocurrió volver a escribir (no tengo esta práctica) al leer un artículo en un página digital en donde se piden “propuestas de acciones” a seguir en estos tiempos: se llama: Crisis Económica 2010, una oportunidad para el cambio.... Pues sí, sí creo que es el momento de emprenderlas, las acciones; de decir: stop, y muy especialmente dirigidas a la casta política. De la misma manera que media sociedad está podrida con un gusano talla XL dentro, la que vota por los delincuentes tradicionales, la que quiere más de lo mismo, estoy convencido de que existe otra media consciente del momento tan frágil que estamos viviendo y sumamente dolida por el comportamiento de esta jauría humana. ¿Por qué no poner un alto?

¿Cómo? Limitando el poder y las atribuciones del gobierno. Todas las cosas que se me ocurren giran en torno a poner limitaciones al estamento político porque son directamente responsables de la situación que estamos viviendo. Que se apliquen primero ellos las leyes comenzando por la del salario mínimo, como van a saber ellos si es el salario justo si no comienzan por aplicárselo; se predica desde el ejemplo. La anulación de todos los privilegios económicos por jubilación..... y ponerlos a la par de cualquier pensionista; son cargos colectivos, de ponerse detrás, no delante. Que las cuentas de los ingresos sean públicas y transparentes. Que se embarguen todos los bienes a quienes se enriquecieron aprovechándose de sus cargos antes del procedimiento legal... En realidad no sé muy bien si éstas u otras, saldrán más, pero si no empezamos por poner un solo límite, a esta jauría, me huele que esto se nos viene abajo; porque los siguientes harán exactamente lo mismo, perfeccionarán todavía más estas artes. Por el lado de poner limitaciones a los políticos es donde siento que deberíamos centrarnos; hay ya algunas propuestas interesantes, y, seguro, vendrán más. Y, por supuesto, siempre se puede utilizar la abstención y anulación de voto de manera organizada, que es una bandera para que exista algún día cercano reglas iguales para la participación de todos y para abrir el paso a los movimientos sociales que luchan por hacer este mundo, un lugar mejor para todos.

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