Los personajes del sistema político mexicano están desesperados porque queda muy poco en las arcas qué robar. Endeudados los gobiernos hasta la inoperancia, parece que la política ya no está resultando el jugoso negocio de hace apenas diez años. Por eso, los políticos de hoy buscan hacerse de alguna representación que les beneficie en su carrera política. Representar alguna empresa, industria o religión garantiza la continuidad a su carrera que los pactos y negociaciones partidistas ya no pueden controlar. El poder económico se ha devorado al político. Si antes el gran empresario temblaba ante los abusos del presidente, ahora el presidente tiembla ante las órdenes de la cúpula empresarial de este país. La ingenuidad es pecado capital en el desastre político que nos está tocando padecer. El caso del estadio es un ejemplo de este sistema de tráfico de plazas a cambio de influencias.
Brenda Sánchez, delegada en Nuevo León de la Semarnat aprobó la extinción de 19 hectáreas del bosque La Pastora para la construcción del estadio de futbol del grupo Fomento Económico Mexicano, S. A (FEMSA) por lo que se convierte en cómplice de un crimen ambiental siendo, paradójicamente, la funcionaria que recibe un sueldo y recursos para defender nuestro medio ambiente y nuestros recursos naturales.
Pedimos su renuncia no porque creamos que ella tomó la decisión de aprobar la construcción de un estadio en el último bosque urbano de la zona metropolitana, sino por lo contrario. Decidió obedecer instrucciones y cerrar el debate. Ignoró las pruebas, los estudios técnicos, las opiniones de expertos y las dudas fundadas que entregamos dentro del término de la Consulta Pública, y desoyó la recomendación de su Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable, que aconsejó el rechazo al proyecto. Además, la Delegada nos negó el derecho de celebrar la reunión pública informativa que más de 140 ciudadanos solicitamos en tiempo y forma para debatir con la empresa FEMSA. Este es un recurso que prevé la Ley y que consiste en presentar públicamente preguntas a la empresa promotora de un proyecto tan controvertido. Brenda Sánchez sabe bien que el proyecto se cae a preguntas. Lo mismo sucede con su dictamen aprobatorio, por eso decidió cancelar la única oportunidad de transparentar el proceso y de dar certeza a su resolución.
Pero además, conviene recordar que la delegada no cuenta con credenciales que la acrediten en materia ambiental. Es decir, Felipe Calderón entregó un puesto estratégico a una operadora política, con lo que nos condenó a este desesperante escenario de indefensión ambiental.
El caso del estadio ha suscitado una indignación sin precedentes, pues es un caso que reúne las afrentas más recurrentes en este país: el despojo al patrimonio público, la devastación ecológica y la impunidad con que operan desde las dependencias públicas los gestores inmobiliarios y de negocios. Hace mucho que los indignados somos muchos más que los integrantes del Colectivo Ciudadano en Defensa de La Pastora. La lucha se ha convertido en un movimiento social inabarcable, con argumentos sólidos, en donde cada individuo se representa así mismo. Es una lástima que FEMSA siga ignorando el llamado de construir su estadio en otro lado. Nos llaman enemigos del progreso cuando es insostenible llamar progreso a la deforestación y al sacrificio de un bosque con 106 especies de fauna, 8 bajo protección especial, y 52 especies de flora que nos brindan a todos servicios ambientales vitales para nuestra calidad de vida.
Hoy, lunes 8 de agosto estaremos en las instalaciones de la Delegación Nuevo León de la Semarnat (palacio federal de Guadalupe) para rechazar la aprobación del estadio. Tenemos cita con la delegada y esperemos que no la cancele porque tenemos algo muy importante que solicitarle: su renuncia.
ximenaperedo@gmail.com
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